Aún me acuerdo perfectamente de las últimas cosas que hice en Perú…
Me acuerdo de estar cruzando la pista con mi mamá y pedirle que por favor tenga siempre mucho cuidado, que ahí hay choferes locos y ella a veces no ve para los lados…. Me acuerdo haber soltado unas lágrimas en ese momento porque siempre tengo miedo; miedo a que le pase algo, que le hagan daño o que de verdad pase demasiado tiempo sin verla.
Ya no recuerdo el olor de su perfume, saben? Y eso me hace llorar porque antes sabía perfectamente cuando ella abandonaba una habitación por su loción. Ahora ella está lejos y la extraño cada día.
Y es difícil porque a veces no quiero hablarle… quizás no entiendan por qué lo hago, quizás ella tampoco, pero es mi forma de tratar de ser fuerte… Me alejo.
Siempre he estado muy ligada a ella, nos convertimos en mejores amigas que se cuentan intimidades, aunque a veces yo terminaba dando los consejos y parecía la madre; eso me encantaba.
Hace ya casi 4 meses que no la veo en persona, que no la abrazo ni siento su calor conmigo.
Recuerdo que cuando me alejaba para entrar a sala de embarque quise volver corriendo, para abrazarla una y mil veces más… Pero ya no se podía, era momento de partir y eso ha sido lo más difícil que me ha tocado pasar hasta ahora. No lo niego, soy una niña que aún necesita a su mamá.
Y sé que para ella ha sido y es difícil… Pasar de estar todos los días acompañada a solo estar ella, es jodido. Pero qué se hace? A seguir no más.
Hay días en que no quiero saber de nadie, ni hablar ni escribir… Y no es porque sea egoísta, es que simplemente la ansiedad y la depresión juegan en mi contra y no sé cómo salir. Y ahí está ella, siempre me escribe, siempre me alienta, siempre está ahí aunque no esté cerca.
Y ahora viene el día de la madre y es el primero que no podré verla o darle un abrazo, pero yo sé que ella entiende, sé que cada vez que me piensa desea que todo vaya bien y eso es lo que yo también quiero.
Un día podré verla, y en algún momento podremos volver a vivir cerca, lo sé. Solo hay que esperar un poco, ser paciente y no alejar la mira del objetivo.
Es difícil estar lejos de mi familia; pero duele demasiado no tener a mi mamá.
A veces duermo pensando en cómo estará de verdad; me siento mal por no hablarle más y también me culpo por dejarla. Todo eso pasa por mi cabeza y tal vez es la razón por la que no logro dormir tan rápido…
Muchos damos por sentado tantas cosas… un abrazo, un beso, hasta una tontería como ir a comer salchipapa… Pero cuando no lo tienes y volteas y la realidad es que aquí todo es diferente… No hay ese calor de gente, no hay como tu mamá…
Cuando conseguí mi trabajo de impulsadora, más de 8 años atrás, mi mamá fue a verme, ver cómo trabajaba y si estaba bien… Ahora que inicié de “nuevo el ciclo” habían días en que veía las puertas del local pensando en que mi mamá llegaría a sorprenderme, para que yo le diga: Ya Paty, no me hagas roche, anda que luego te veo.
Pero no, no pasó y no pasará. (Al menos no pronto)
Escribo esto con lágrimas en los ojos y sintiendo mucho la distancia… Como dije antes, no extraño cosas de Perú; extraño a mi hermana, a mi papá y a mi Mamá. Extraño verlos en la noche en casa, extraño el olor de mi hogar, extraño los ruidos y los gritos diarios… Pero algún día volverán, todo eso volverá.
Gracias por leer…
Lu.
Pd: sé que la distancia no solo dolerá en Mayo, también duele cada día… Pero siempre sonreiremos porque queremos vernos bien.